Cita bíblica:
«Mi oveja escucha mi voz, yo las conozco y ellas me siguen.» Juan 10:27
Reflexión:
En un mundo lleno de ruido y distracciones, es fácil perderse en la multitud y olvidar la voz de Dios. Las exigencias diarias, las opiniones ajenas y las preocupaciones mundanas pueden ahogar el susurro divino que guía nuestros corazones. Sin embargo, escuchar la voz de Dios es crucial para seguir su camino y cumplir su voluntad. En el evangelio de Juan, Jesús nos dice que sus ovejas escuchan su voz y lo siguen. Este mensaje nos invita a reflexionar sobre nuestra disposición a ser verdaderas ovejas de su rebaño, prestando atención a su voz y obedeciendo sus mandatos con fidelidad y amor.
Un ejemplo significativo en la Palabra de Dios lo encontramos en el libro de Samuel. Cuando Samuel aún era joven, una noche escuchó la voz de Dios varias veces, pero pensó que era Elí quien lo llamaba. Fue Elí quien finalmente comprendió que era el Señor quien hablaba a Samuel y le dijo: «Si vuelves a escuchar la voz, responde: ‘Habla, Señor, que tu siervo escucha’.» Este pasaje nos enseña la importancia de estar atentos y receptivos a la voz de Dios, aun cuando no la reconozcamos de inmediato. La guía de Elí ayudó a Samuel a discernir y responder al llamado divino, recordándonos que también nosotros podemos necesitar orientación espiritual para distinguir la voz de Dios en nuestras vidas.
A veces, escuchar la voz de Dios puede ser difícil. Puede que no siempre sea clara o que no estemos seguros de que sea realmente su voz. Las dudas y las inseguridades pueden nublar nuestro juicio, pero si buscamos su guía con humildad y oración, Él nos mostrará el camino. Debemos aprender a distinguir su voz de las voces del mundo, y esto solo se logra a través de una relación íntima y constante con Él. Es en la quietud de la oración y la meditación donde podemos sintonizar nuestro corazón con el de Dios, permitiéndole que sus palabras resuenen en nuestro ser.
Es fundamental que no solo escuchemos la voz de Dios, sino que también obedezcamos sus mandatos. Escuchar su voz sin actuar es como tener un GPS pero no seguir las indicaciones, sabiendo la dirección correcta pero eligiendo caminos equivocados. Debemos estar dispuestos a seguir su camino, incluso si no es fácil o popular. La obediencia a Dios puede requerir sacrificios y decisiones difíciles, pero confiamos en que su voluntad siempre es buena y perfecta, incluso si no lo entendemos en el momento. En el proceso, descubrimos que seguir su voz nos lleva a una vida llena de propósito, paz y verdadera realización.
En última instancia, escuchar y obedecer la voz de Dios transforma nuestra vida en un testimonio viviente de su amor y gracia. Nos convertimos en faros de luz en medio de la oscuridad, guiados por su sabiduría y fortalecidos por su presencia. Que busquemos siempre sintonizar nuestros corazones con el suyo, para que cada paso que demos sea un reflejo de su voluntad y gloria.
Oración:
Querido Dios, en medio del bullicio del mundo, ayúdanos a escuchar tu voz con claridad y a responder con obediencia y amor. Danos la humildad para buscar tu guía y la fortaleza para seguir tu camino, incluso cuando sea difícil o impopular. Enséñanos a distinguir tu voz de las voces del mundo, y a vivir cada día en comunión íntima contigo. Que nuestras vidas sean un testimonio de tu amor y gracia, reflejando tu voluntad en todo lo que hacemos. Amén.
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AMÉN AMÉN AMÉN GLORIA a Dios
Amen, mil gracias por tu comentario, Bendiciones!!