Cita bíblica:
Hagan lo que hagan, trabajen de buena gana, como para el Señor y no como para nadie en este mundo, conscientes de que el Señor los recompensará con la herencia. Ustedes sirven a Cristo el Señor.
(Colosenses 3:23-24)
Reflexión:
En Colosenses 3:23-24, se nos anima a trabajar con entusiasmo, como para el Señor y no para los hombres, conscientes de que el Señor nos recompensará. A menudo, subestimamos lo que tenemos, pensando que es insuficiente para hacer algo significativo. Sin embargo, Dios puede usar lo poco que tenemos para hacer grandes cosas. Cuando trabajamos con dedicación y fe, Dios transforma nuestros esfuerzos, por pequeños que parezcan, en bendiciones abundantes. Es en lo ordinario donde Dios obra de manera extraordinaria.
Un ejemplo poderoso de cómo Dios puede usar lo poco que tenemos es la historia de David. Cuando Dios le dijo a Samuel que buscara al próximo rey de Israel, Samuel fue a la casa de Isaí y vio a los hijos mayores, hombres fuertes y de buena apariencia. Pero Dios escogió a David, el menor, que era solo un simple pastor de ovejas. David no parecía tener las cualidades de un rey, pero Dios vio su corazón. Con el tiempo, David se convirtió en un gran rey y un hombre conforme al corazón de Dios. Dios utilizó lo que parecía insignificante para realizar grandes obras.
No importa cuál sea nuestro trabajo o posición, lo importante es que sea honrado y no falte contra nuestra moral y principios. No sabemos por qué Dios nos ha puesto en ciertos lugares, pero debemos confiar en que hay un propósito divino. Quizás Dios nos necesita ahí para glorificar Su nombre, salvar a alguien de algo o para que nosotros mismos seamos salvados. Cada tarea, por pequeña que parezca, tiene un valor inmenso cuando la realizamos para el Señor. Nuestra disposición y fidelidad pueden ser el canal de grandes bendiciones.
No menospreciemos lo que tenemos, por pequeño que parezca. Dios puede tomar lo poco y transformarlo en algo grande y significativo. Nuestro trabajo, nuestras habilidades y nuestras oportunidades, cuando son dedicadas a Dios, se convierten en herramientas poderosas para Su gloria. Vivamos cada día con la convicción de que estamos sirviendo al Señor en todo lo que hacemos, confiando en que Él puede hacer cosas maravillosas con nuestros esfuerzos sinceros y dedicados.
Oración:
Padre Celestial, gracias por todo lo que has puesto en nuestras manos. Ayúdanos a valorar y utilizar lo que tenemos con dedicación y fe. Que cada esfuerzo, por pequeño que sea, sea una ofrenda a Ti y una oportunidad para ver Tu poder en acción. Danos la sabiduría y la humildad para reconocer que, a través de nosotros, puedes realizar grandes cosas. En el nombre de Jesús, Amén.