Cita bíblica:
«Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?» Salmo 22:1 (RVR1960)
Reflexión:
En momentos de oscuridad y silencio, es posible que nos sintamos distantes de Dios y cuestionemos su presencia en nuestras vidas. Sin embargo, es en estos momentos de aparente ausencia donde nuestra fe es puesta a prueba y tenemos la oportunidad de crecer espiritualmente. Dios no nos ha abandonado, sino que nos invita a buscarlo más profundamente.
Un claro ejemplo lo encontramos en la historia de Job. Job era un hombre justo y temeroso de Dios, pero enfrentó pruebas extremadamente difíciles: perdió a su familia, sus posesiones y su salud. En su desesperación, Job clamó a Dios, buscando respuestas y consuelo. A pesar de no entender el porqué de su sufrimiento y sentir que Dios estaba distante, Job mantuvo su fe. Finalmente, Dios le respondió, revelándole Su poder y sabiduría, y restauró su vida, bendiciéndolo aún más abundantemente.
Cuando no sentimos a Dios, es vital recordar que nuestra fe se nutre no solo de emociones, sino también de la convicción firme en su Palabra. En los momentos de sequedad espiritual, podemos fortalecernos al buscar a Dios diligentemente y recordar que Él siempre está con nosotros, aun cuando no lo percibamos. No permitamos que las dudas nos alejen de Dios, sino abramos nuestro corazón a la fe inquebrantable.
A veces, Dios permite que atravesemos períodos de prueba para que nuestra fe se refine como el oro. En esos momentos, podemos recordar las promesas de la Biblia y la fidelidad de Dios en el pasado. Es crucial no depender únicamente de nuestras emociones, que pueden ser engañosas, sino anclarnos en la verdad de la Palabra de Dios y en su carácter inmutable. Dios siempre está trabajando, incluso cuando no lo vemos ni lo sentimos.
En lugar de alejarnos de Dios en tiempos de oscuridad, deberíamos buscarlo con más fervor. Las pruebas y dificultades son oportunidades para profundizar nuestra relación con Él y descubrir nuevas dimensiones de su amor y gracia. Recordemos que Dios utiliza todas las circunstancias, incluso las más dolorosas, para nuestro bien y su gloria. Al mantener nuestra fe y confianza en Él, saldremos más fuertes y con un entendimiento más profundo de su presencia constante en nuestras vidas.
Oración:
Señor, en momentos de oscuridad y silencio, ayúdanos a recordar que Tú nunca nos abandonas. Fortalece nuestra fe y permítenos buscarte con todo nuestro corazón. Que en los tiempos difíciles, podamos encontrar consuelo en tu Palabra y en tu amor inquebrantable. Danos la convicción de que, aunque no te sintamos, siempre estás con nosotros, trabajando para nuestro bien. En el nombre de Jesús, amén.