Cita bíblica:
Mateo 6:10
«Venga tu reino. Que se haga tu voluntad en la tierra como se hace en el cielo.«
Reflexión:
En Mateo 6:10, Jesús nos enseña a orar: «Venga tu reino. Que se haga tu voluntad en la tierra como se hace en el cielo». Este versículo nos llama a desear que el reino de Dios sea una realidad en nuestro mundo. Esto implica que la voluntad de Dios prevalezca en nuestras vidas y en todas las áreas de nuestra sociedad. Al permitir que Dios gobierne en nuestros corazones, contribuimos a que su paz, justicia y amor se manifiesten aquí en la tierra, transformando nuestro entorno con su gracia y verdad.
El rey David es un ejemplo claro de alguien que buscó establecer el reino de Dios en su vida. David oraba fervientemente y procuraba hacer la voluntad de Dios en cada decisión que tomaba. A pesar de sus fallos humanos, su corazón estaba alineado con el deseo de ver el reino de Dios establecido. David reconocía que, para ser un buen rey, debía someterse primero a la soberanía divina. Este compromiso con la voluntad de Dios fue clave para que su reinado reflejara los principios del reino de Dios, convirtiéndose en un líder conforme al corazón de Dios.
Permitir que el reino de Dios se establezca en nuestras vidas es darle permiso para que obre en todos los aspectos de nuestra existencia y en el mundo. Esto significa que su voluntad prevalezca más que nuestros propios deseos. Ser obediente a su palabra y dirección es esencial. Para lograrlo, podemos comenzar con la oración diaria, la lectura y meditación de la Biblia, buscar su guía en cada decisión y vivir de acuerdo a sus principios. De esta manera, nos aseguramos de que su reino se refleje en nuestras acciones y en nuestra influencia sobre los demás.
En conclusión, pedir que el reino de Dios se establezca en la tierra es un llamado a vivir bajo su soberanía y permitir que su voluntad se haga en nosotros. Al imitar la devoción de David, nos comprometemos a buscar primero el reino de Dios y su justicia, confiando en que todas las demás cosas nos serán añadidas. Que nuestra vida sea un testimonio vivo de su reino, reflejando su amor, justicia y paz en todo lo que hacemos.
Oración:
Amado Padre Celestial, te pedimos que tu reino sea establecido en la tierra y en nuestras vidas. Ayúdanos a ser obedientes a tu voluntad y a buscar tu guía en cada aspecto de nuestra existencia. Que nuestra vida refleje tu amor y verdad, y que nuestras acciones contribuyan a que tu reino se haga visible en el mundo. Gracias por tu gracia y por la oportunidad de ser parte de tu obra redentora. En el nombre de Jesús, amén.
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