Cita bíblica:
Salmo 103:2-5 LBLA
Bendice, alma mía, al SEÑOR, y no olvides ninguno de sus beneficios. Él es el que perdona todas tus iniquidades, el que sana todas tus enfermedades; el que rescata de la fosa tu vida, el que te corona de bondad y compasión; el que colma de bienes tus años, para que tu juventud se renueve como el águila.
Reflexión:
A menudo, en nuestra rutina diaria, olvidamos los beneficios que Dios ha derramado sobre nuestras vidas. El Salmo 103:2-5 nos recuerda la importancia de bendecir al Señor y no olvidar sus bondades. Él perdona nuestras iniquidades, sana nuestras enfermedades, rescata nuestra vida de la fosa, nos corona de bondad y compasión, y colma de bienes nuestros años. Al recordar constantemente estos beneficios, fortalecemos nuestra fe y gratitud, reconociendo la obra de Dios en cada aspecto de nuestra vida.
El pueblo de Israel frecuentemente olvidaba las maravillas que Dios había hecho por ellos, lo que les llevaba a comportamientos que no eran agradables a los ojos de Dios. Tras su liberación de Egipto, repetidamente se quejaron y dudaron, olvidando las señales y milagros que presenciaron. Un pueblo que no tiene memoria será fácilmente engañado. Cuando no recordamos los actos de Dios en nuestra vida, nos volvemos vulnerables a la duda y al pecado. Por eso, es crucial mantener viva la memoria de Sus bendiciones.
Todos tenemos una tendencia a olvidar las obras de Dios, lo que puede llevarnos al pecado. Recordemos constantemente a nuestra mente que somos vencedores en Cristo, quien nos rescató de la muerte. Sin Él, no seríamos lo que somos hoy. Reflexiona: ¿Dónde estaríamos si no nos hubiera rescatado? Considera los milagros en tu vida y en tu familia. Adora al Señor en cada momento y dale gracias por todo. La gratitud y el recuerdo de sus obras nos protegen de caer en el olvido y el error.
En conclusión, bendecir al Señor y no olvidar sus beneficios es esencial para mantener una relación sólida y agradecida con Dios. Recordar sus bendiciones y actos poderosos en nuestra vida nos ayuda a vivir en gratitud y adoración. Mantengamos viva la memoria de sus obras, para que nuestra fe permanezca firme y nuestra vida refleje su amor y gracia. Así, seremos testigos de su grandeza y podremos compartir su amor con los demás.
Oración:
Amado Señor, te damos gracias por todos tus beneficios y bendiciones. Ayúdanos a recordar constantemente tus obras en nuestras vidas y a mantener una actitud de gratitud y adoración. Perdona nuestras iniquidades, sana nuestras enfermedades y rescátanos de cualquier fosa en la que podamos caer. Renueva nuestra juventud como el águila y colma nuestros años de bienes. En el nombre de Jesús, amén.
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