Cita bíblica:
1 Pedro 5:1-5
5 Y ahora, una palabra para ustedes los ancianos en las iglesias. También soy un anciano y testigo de los sufrimientos de Cristo. Y yo también voy a participar de su gloria cuando él sea revelado a todo el mundo. Como anciano igual que ustedes, les ruego: 2 cuiden del rebaño que Dios les ha encomendado. Háganlo con gusto, no de mala gana ni por el beneficio personal que puedan obtener de ello, sino porque están deseosos de servir a Dios. 3 No abusen de la autoridad que tienen sobre los que están a su cargo, sino guíenlos con su buen ejemplo. 4 Así, cuando venga el Gran Pastor, recibirán una corona de gloria y honor eternos.
5 Del mismo modo, ustedes los más jóvenes tienen que aceptar la autoridad de los ancianos; y todos vístanse con humildad en su trato los unos con los otros, porque
«Dios se opone a los orgullosos
pero da gracia a los humildes»
Reflexión:
En este pasaje, el apóstol Pedro nos recuerda la responsabilidad que tenemos como líderes espirituales de cuidar el rebaño que Dios nos ha encomendado. Así como Jesús pastoreaba amorosamente a sus discípulos, nosotros también debemos guiar con ternura y compasión, no por ambición personal, sino por el amor a Dios y a Su pueblo. Es una tarea que implica mucho más que simplemente instruir; requiere caminar junto a las personas, comprender sus luchas y necesidades, y estar dispuestos a sacrificar nuestras propias comodidades por el bienestar de los demás.
Pastorear con amor es mostrar el corazón de Dios al rebaño que Él nos ha confiado. Significa estar dispuestos a tender una mano amiga, a escuchar con empatía y a guiar con paciencia. Es estar presentes en los momentos de alegría y de dolor, celebrando los triunfos y consolando en las derrotas. Es un llamado que exige entrega total, pero también promete una recompensa incomparable: la alegría de ver vidas transformadas por el poder del amor de Dios.
Además, es importante que los jóvenes se dejen guiar y pastorear por los ancianos en la fe, reconociendo la sabiduría y experiencia que poseen. La humildad y el respeto mutuo son fundamentales en la comunidad cristiana, ya que Dios se opone a los orgullosos pero da gracia a los humildes. Sigamos este modelo de relación dentro del cuerpo de Cristo, aprendiendo unos de otros y creciendo juntos en la fe.
Oración:
Padre celestial, te pedimos sabiduría y fortaleza para pastorear con amor y humildad el rebaño que nos has encomendado. Ayúdanos a seguir el ejemplo de Jesús, sirviendo con generosidad y guiando con compasión. Que nuestras acciones reflejen tu amor y gracia, y que podamos ser instrumentos de tu paz en este mundo. Amén. En el nombre poderoso de Jesús oramos, Amén.
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