Cita bíblica:
«Yendo un poco más allá, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, que pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú.» Mateo 26:39
Reflexión:
Hoy, al reflexionar sobre el Jueves Santo, nos sumergimos en un momento de profunda intimidad entre Jesús y Su Padre en el huerto de Getsemaní. Es un momento de agotamiento físico y emocional, donde vemos al Hijo de Dios enfrentando el peso abrumador de lo que está por venir.
Imagina a Jesús, arrodillado entre los olivos, el sudor como gotas de sangre cayendo de Su rostro. En medio de Su angustia, Él ora: «Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú» (Mateo 26:39). Aquí vemos la humanidad de Jesús en toda su vulnerabilidad, enfrentando el miedo y la ansiedad ante la inminencia de la cruz.
En esta agonía, Jesús nos muestra el verdadero significado de la entrega y la obediencia. A pesar del dolor y el temor, Él se somete completamente a la voluntad del Padre. Su ejemplo nos desafía a confiar en la soberanía de Dios incluso en los momentos más oscuros de nuestras vidas.
En Getsemaní, Jesús nos enseña que el camino de la fe no siempre es fácil. Habrá momentos de lucha y sufrimiento, pero en medio de ellos, encontramos la fuerza y el consuelo en la presencia amorosa de nuestro Padre celestial. Él nunca nos abandona en nuestras pruebas; más bien, nos sostiene con Su amor inquebrantable.
Que este Jueves Santo nos lleve a reflexionar sobre el sacrificio incomparable de Jesús y nos inspire a seguir Su ejemplo de rendición y confianza en el Padre. En nuestros propios momentos de agonía, recordemos que Él está con nosotros, fortaleciéndonos y sosteniéndonos con Su gracia infinita. Que podamos encontrar consuelo y esperanza en Su amor eterno. Amén.
Oración:
Padre amoroso y misericordioso, en este Jueves Santo nos postramos ante Ti con corazones llenos de gratitud y humildad. Te damos gracias por el sacrificio inigualable de tu Hijo Jesús, quien en el huerto de Getsemaní nos mostró el camino de la entrega y la obediencia a tu santa voluntad.
En este día sagrado, te pedimos, Padre, que nos concedas la gracia de seguir el ejemplo de Jesús. Ayúdanos a confiar en tu plan perfecto para nuestras vidas, incluso cuando enfrentamos momentos de dolor y angustia. Fortalécenos con tu Espíritu Santo para que, como Jesús, podamos decir con sinceridad: «No se haga mi voluntad, sino la tuya».
Señor, en nuestras luchas y aflicciones, permítenos encontrar consuelo y esperanza en tu presencia amorosa. Que tu paz que sobrepasa todo entendimiento llene nuestros corazones y nos guíe en cada paso del camino. Concédenos la gracia de vivir con valentía y fidelidad, confiando en tu amor incondicional y en tu promesa de estar siempre con nosotros.
En este Jueves Santo, renovamos nuestro compromiso de seguirte, de amarte y de obedecerte en todo. Que nuestras vidas sean un testimonio vivo de tu gracia transformadora y tu amor redentor. Te lo pedimos en el nombre de Jesús, nuestro Salvador y Señor. Amén.
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