Cita bíblica:
«Entonces, se levantó de la cena, se quitó su manto, y tomando una toalla, se la ciñó. Luego puso agua en un recipiente y comenzó a lavar los pies de sus discípulos y a secárselos con la toalla que se había puesto.» Juan 13:4-5
Reflexión:
El Lunes Santo marca el inicio de la Semana Santa, y es un día en el que recordamos el lavatorio de los pies de los discípulos de Jesús. Este acto de humildad y amor es uno de los más poderosos que encontramos en la vida de nuestro Salvador, y nos enseña lecciones importantes sobre cómo debemos vivir nuestras vidas como cristianos.
Jesús, el Hijo de Dios, se arrodilló ante sus discípulos, tomó una toalla y un recipiente con agua, y comenzó a lavar los pies de cada uno de ellos. Este era un trabajo humilde, reservado para los esclavos y los sirvientes, pero Jesús lo hizo con amor y cuidado. Él quería mostrar a sus discípulos que, aunque era su Maestro y Señor, estaba dispuesto a servirlos y a sacrificarse por ellos.
El lavatorio de los pies también nos enseña sobre la humildad. Jesús no sólo lavó los pies de sus discípulos, sino que también les enseñó la lección de que ellos debían hacer lo mismo por los demás. Él les dijo: «Pues si yo, el Señor y el Maestro, les he lavado los pies, ustedes también deben lavarse los pies los unos a los otros» (Juan 13:14). Jesús nos muestra que la humildad es un acto de servicio a los demás, y que debemos estar dispuestos a hacer lo que sea necesario para ayudar y apoyar a aquellos que nos rodean.
El lavatorio de los pies también es un acto de amor. Jesús amaba tanto a sus discípulos que estaba dispuesto a hacer lo que fuera necesario para ayudarlos. Él quería mostrarles su amor y su cuidado, y también les enseñó la importancia de amarse los unos a los otros. Él dijo: «Un mandamiento nuevo les doy: que se amen los unos a los otros. Así como yo los he amado, también ustedes deben amarse los unos a los otros» Juan 13:34.
Oración:
Padre celestial, ayúdanos a seguir el ejemplo de humildad y amor que nos mostró Jesús al lavar los pies de sus discípulos. Ayúdanos a ser humildes y serviciales en nuestras vidas diarias, y a amar a los demás como Jesús nos amó. Ayúdanos a mostrar el amor y la compasión de Jesús a todos los que nos rodean, y a ser una luz en el mundo. En el nombre de Jesús, amén.
Video relacionado:
«El que lavó mis pies» de Danilo Montero