Cita bíblica:
«Así que, ya sea que coman o beban, o hagan cualquier otra cosa, háganlo todo para la gloria de Dios.» (1 Corintios 10:31)
Reflexión:
En el transitar de nuestras vidas, a menudo experimentamos momentos de alegría y logros. Puede ser tentador atribuir estos éxitos únicamente a nuestras habilidades, esfuerzos o circunstancias favorables. Sin embargo, la Palabra de Dios nos enseña a reconocer que cada victoria, por pequeña o grande que sea, debe ser dedicada a la gloria de Dios. Recordemos el ejemplo de José, quien, incluso en la cima de su éxito en Egipto, atribuyó la interpretación de sueños a Dios (Génesis 41:16).
Así como José, debemos resistir la tentación de atribuirnos la gloria que pertenece al Señor. Cada logro, cada paso hacia adelante, es una manifestación de la gracia divina en nuestras vidas. Cuando mantenemos nuestros ojos puestos en Dios, reconocemos que Él es la fuente de toda bendición y mérito. Al dar la gloria a Dios, no solo cultivamos humildad, sino que también construimos una relación más profunda y significativa con nuestro Creador.
La Biblia nos llama a hacer todas las cosas para la gloria de Dios. Esto no solo incluye momentos de éxito, sino también nuestras luchas y desafíos. En cada experiencia, Dios está obrando para Su gloria y nuestro bien. Al reconocer esto, encontramos un propósito más elevado en cada situación, independientemente de si es buena o difícil.
Que nuestras vidas sean un testimonio vivo de dar gloria a Dios en todas las cosas. Que, al reflexionar sobre nuestros logros, recordemos que Él es el autor de cada capítulo de nuestra historia. Al hacerlo, encontraremos paz, propósito y una conexión más profunda con el Creador que merece toda la gloria.