Cita bíblica:
«Por eso me regocijo en debilidades, insultos, privaciones, persecuciones y dificultades que sufro por Cristo; porque, cuando soy débil, entonces soy fuerte.» – 2 Corintios 12:10
Reflexión:
En el lienzo de nuestras vidas, Dios utiliza los pinceles de nuestras imperfecciones para pintar un cuadro de Su poder y gloria. La Escritura nos recuerda que en nuestras debilidades, encontramos el terreno fértil para que la fortaleza divina se manifieste. No somos llamados a esconder nuestras imperfecciones, sino a ofrecérselas a Dios como material para Su obra maestra.
Miremos a figuras bíblicas como Moisés, quien, a pesar de sus limitaciones, fue elegido por Dios para liderar a Su pueblo. ¿No es asombroso cómo Dios utiliza a personas imperfectas para cumplir Sus propósitos perfectos? Nuestras debilidades no son obstáculos, sino oportunidades para que la gracia divina brille con mayor intensidad.
En lugar de avergonzarnos de nuestras imperfecciones, celebremos que en ellas se revela la grandeza de nuestro Creador. Cuando reconocemos nuestra necesidad de Dios, permitimos que Su poder fluya a través de nosotros. No escondamos nuestras cicatrices, sino que las presentemos como testimonios vivos de la transformación divina.