Cita bíblica:
«En mi angustia invoqué al Señor, y clamé a mi Dios. Desde su templo oyó mi voz, y mi clamor llegó a sus oídos.» – 2 Samuel 22:7 (RVR1960)
Reflexión:
La depresión es un peso abrumador que puede dejar a quienes la sufren sintiéndose atrapados y sin fuerzas. La cita bíblica nos recuerda que, incluso en los momentos más oscuros y angustiantes, podemos invocar al Señor y confiar en que Él escucha nuestras voces.
La depresión puede hacer que sintamos que nuestras fuerzas se han agotado por completo. Sin embargo, en esos momentos de profunda debilidad, Dios está atento a nuestras oraciones y clamores. Su poder puede alcanzarnos en nuestra oscuridad y devolvernos la esperanza que parecía perdida.
Andrea ha estado luchando contra la depresión durante meses. Se siente como si estuviera en un pozo sin fondo, incapaz de encontrar consuelo o alegría en la vida. Una noche, en su momento de mayor desesperación, Andrea decide orar, aunque siente que no tiene fuerzas para hacerlo. Clama al Señor desde el fondo de su corazón, pidiendo alivio y sanidad.
A medida que los días pasan, Andrea comienza a experimentar pequeños cambios en su estado de ánimo. Un día, recibe un mensaje de un amigo que le envía palabras de aliento y comprensión. Poco a poco, Andrea siente que una luz tenue comienza a brillar en su oscuridad. A través de esta serie de eventos, Andrea llega a creer que Dios está escuchando sus oraciones y que su poder está obrando en su vida.
La depresión puede hacer que sintamos que nuestras fuerzas han llegado a su fin, pero nunca estamos fuera del alcance del poder de Dios. Él escucha nuestras voces en los momentos de angustia y puede traer esperanza incluso en las circunstancias más desafiantes. Cuando todo parece oscuro, podemos confiar en que donde terminan nuestras fuerzas, comienza el poder de Dios.
Oración:
Padre celestial, en medio de mi debilidad y oscuridad, te invoco y clamo por tu ayuda. Dame la fuerza para confiar en que tu poder puede restaurar la esperanza en mi vida. Gracias por escuchar mis oraciones incluso cuando siento que no tengo fuerzas para orar. En el nombre de Jesús, Amén.