Cita bíblica:
«Sé amables y compasivos unos con otros, y perdónense mutuamente, así como Dios los perdonó a ustedes en Cristo.» – Efesios 4:32
Reflexión
El perdón es un acto poderoso que trae libertad y sanidad a nuestras vidas. Como seguidores de Jesucristo, somos llamados a perdonar a los demás, siguiendo el ejemplo de Dios que nos perdonó en Cristo. Sin embargo, a menudo nos resulta difícil perdonar, especialmente cuando hemos sido heridos profundamente.
En la vida cotidiana, encontramos situaciones en las que somos ofendidos, traicionados o heridos por las palabras o acciones de otros. Estas experiencias pueden dejar cicatrices emocionales y resentimientos en nuestro corazón. Pero el perdón nos libera de esas cadenas y nos permite experimentar la paz y la sanidad que provienen de Dios.
Imagina una situación en la que alguien te ha lastimado profundamente. Puedes elegir aferrarte al resentimiento y permitir que el dolor te consuma, o puedes tomar la decisión valiente de perdonar. Al perdonar, estás liberando el peso de la amargura y el rencor, y abriendo tu corazón a la gracia y la restauración de Dios.