Cita bíblica:
«Así que, si habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria.» Colosenses 3:1-4
Reflexión:
En el mundo actual, es fácil sentir la presión de tener que tener éxito y estar siempre ocupado para lograr la felicidad. A menudo, nos encontramos luchando por el éxito en nuestras carreras, nuestras relaciones y nuestras vidas personales. Pero como cristianos, sabemos que hay algo más importante que todo esto: nuestra relación con Jesucristo.
En el pasaje de Colosenses 3:1-4, Pablo nos recuerda que nuestra verdadera vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando nos damos cuenta de que nuestra verdadera identidad y propósito se encuentran en Él, podemos dejar de buscar la satisfacción en el éxito y las posesiones materiales. En lugar de ello, podemos buscar las cosas de arriba, las cosas que realmente importan.
Jesucristo es suficiente para nosotros. Él es nuestro Salvador, nuestro Redentor y nuestro Amigo. Él nos ofrece amor incondicional, perdón completo y una vida eterna en su presencia. Cuando reconocemos que nada más puede satisfacernos completamente, podemos encontrar la paz y la felicidad verdaderas en Él.
Como cristianos, nuestra prioridad debe ser siempre buscar a Jesucristo y su voluntad para nuestras vidas. Debemos leer y meditar en su palabra, buscar su presencia a través de la oración y buscar servirle y amar a los demás en su nombre. Al hacerlo, encontramos un propósito y una satisfacción que no pueden ser encontrados en ninguna otra cosa.
Oración:
Padre celestial, gracias por enviarnos a tu hijo Jesucristo para salvarnos y redimirnos. Ayúdanos a recordar que nuestra verdadera identidad y propósito se encuentran en Él, y no en el éxito o las posesiones materiales. Ayúdanos a buscar las cosas de arriba, a meditar en tu palabra y a seguir tu voluntad para nuestras vidas. Te pedimos que nos guíes y nos dirijas en todo lo que hacemos. En el nombre de Jesús, amén.
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