Cita bíblica:
«Pero María estaba llorando afuera del sepulcro» Juan 20:11.
Reflexión:
María Magdalena era una mujer fuerte, valiente y apasionada por el Señor. Fue testigo de los milagros y la enseñanza de Jesús, y estaba con Él en su agonía en la cruz. Pero cuando llegó al sepulcro y descubrió que la piedra había sido removida y el cuerpo de Jesús no estaba allí, su dolor y tristeza fueron insoportables. Se quedó llorando afuera del sepulcro, incapaz de entender lo que había sucedido.
En este día de Pascua, recordamos el dolor y la tristeza de María Magdalena, pero también su valentía y perseverancia. A pesar de su dolor, ella no huyó ni se rindió. En lugar de eso, se quedó allí y esperó, buscando respuestas. Fue en ese momento de oscuridad y desesperación que el Señor se le apareció y le dio la noticia más increíble: ¡había resucitado!
En nuestras vidas, también enfrentamos momentos de oscuridad y desesperación. Momentos en los que parece que todo está perdido y que no hay esperanza. Pero como María Magdalena, debemos recordar que nunca estamos solos. El Señor siempre está con nosotros, incluso en nuestros momentos más oscuros.
En este día de Pascua, recordemos que la resurrección de Jesús es un recordatorio poderoso de la esperanza que tenemos en Él. Es un recordatorio de que no importa cuán oscuro sea nuestro camino, siempre hay una luz brillante al final. Y es un recordatorio de que la muerte no tiene la última palabra, ¡la vida lo hace!
Oración:
Querido Señor, en este día de Pascua, te damos gracias por tu resurrección. Gracias por el sacrificio que hiciste por nosotros en la cruz, y por tu victoria sobre la muerte y el pecado. Gracias por estar con nosotros en nuestros momentos de oscuridad y por nunca abandonarnos. Ayúdanos a recordar siempre que no importa cuán oscuro sea nuestro camino, siempre hay una luz brillante al final. En el nombre de Jesús, amén.
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